Utilizo el dibujo como punto de partida pero también como proceso de pensamiento para relacionarme con mi entorno. Prácticas femeninas como el tejido o el uso del retazo me permiten generar paisajes y criaturas imaginarias poblando universos inspirados en patrones naturales.
La repetición obsesiva de gestos para crear superficies en capas y narrativas abstractas funcionan simultáneamente como ventanas a diferentes lugares a los que he viajado. Cada lugar se convierte en un yacimiento arqueológico en el que recoger materiales y, al mismo tiempo, desvelar estructuras humanas y no humanas. Reunir, fijar, unir, así como alterar, cambiar y transformar, son acciones constantes que atraviesan mi obra. El "collage" engloba todas estas acciones, a la vez que funciona como técnica para abordar mi forma de relacionarme con el mundo, donde la diversidad, la diferencia y el cuidado son aspectos cruciales para preservar la vida, tanto humana como no humana.
Mi arte es como un mapa, un archivo, una experiencia que va más allá del concepto de dibujo como acción bidimensional y lo transforma en una metodología que manifiesta la compleja estratificación de un cuerpo que recorre el mundo.